En varias culturas humanas, la obesidad estuvo asociada con atractivo físico, fuerza y fertilidad. Algunos de los primeros artefactos culturales conocidos, como las figuritas de Venus, son estatuas tamaño bolsillo representando una figura femenina obesa.
Aún que su significado cultural no está registrado, su amplio uso por
todas las culturas prehistóricas mediterráneas y europeas sugiere un
rol central para la forma femenina o visa en rituales mágicos y sugiere
la aprobación cultural de (y quizás la reverencia por) esta forma
corporal. Esto es más probablemente debido a su habilidad para lidiar
fácilmente con niños y sobrevivía las hambrunas.
La obesidad fue considerada un símbolo de riqueza y estrato social
en culturas pronas a la escasez de comida o hambrunas. Esto fue visto
también de la misma manera en el período moderno temprano en las
culturas europeas, pero cuando la seguridad alimentaria fue realizada, sirvió mas como una muestra visible de "lujuria por la vida", apetito e inmersión en el reino del erótico.
Este fue especialmente el caso en las artes visuales, tales como las pinturas de Rubens
(1577-1640), cuya representación regular de mujeres coordenadas nos dio
la descripción de Rubenesca. La obesidad también puede ser vista como
un símbolo dentro de un sistema de prestigio.
"El tipo de comida, la cantidad y la manera en la cual está servida
están entre los criterios importantes de clase social. En la mayoría de
las sociedades tribales, inclusive aquellas con un sistema social
altamente estratificado, todo el mundo-la realeza y los plebeyos-,
comían la misma clase de alimentos y si hubo una hambruna todo el mundo
estuvo hambriento. Con la siempre creciente diversidad de elementos, la
comida se ha convertido no solamente en un asunto de estatus social,
sino también una marca de la personalidad y el gusto individual"